El acuerdo por Ucrania, cerca del fracaso

Las milicias desafiaron el tratado alcanzado anteayer por Rusia, EE.UU. y la UE, destinado a bajar la tensión



DONETSK, Ucrania.- Cuando las potencias finalmente habían convenido desactivar la tensión en Ucrania , tironeada entre Rusia y Occidente, las milicias separatistas parecieron tomar vuelo propio y desafiaron el acuerdo con una tenaz negativa a dejar sus posiciones en las ciudades del este ucraniano donde se hicieron fuertes.

El acuerdo alcanzado anteayer por Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos para pacificar Ucrania quedó más cerca del fracaso aun cuando Moscú consideró anoche "inaceptables" las amenazas de nuevas sanciones por parte de Estados Unidos.

Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Ucrania negociaron, anteayer en una cumbre en Ginebra, el desarme de los rebeldes que en las últimas semanas tomaron decenas de edificios oficiales en las regiones de habla rusa, con el objetivo de seguir los pasos secesionistas de Crimea en dirección a Moscú.

Crimea se sublevó contra el gobierno interino de Kiev instalado en febrero y, después de un referéndum, montado de la noche a la mañana, dijeron adiós a Ucrania y se anexaron a Rusia.

El acuerdo de Ginebra era, hasta hoy, quizá la mejor esperanza para desactivar un enfrentamiento en Ucrania que deterioró las relaciones entre Occidente y Rusia a su peor nivel desde la Guerra Fría. Ucrania se comprometió a fortalecer los derechos de la lengua rusa, sin ceder en los esfuerzos para erradicar a las milicias.

"El gobierno ucraniano está dispuesto a llevar a cabo una reforma constitucional de envergadura que dará amplios poderes a las regiones. Le damos un estatuto especial a la lengua rusa y garantizamos la protección de esa lengua", declaró en un discurso el primer ministro, Arseni Yatseniuk.

A cambio se acordó establecer el desarme de todos los grupos ilegales, la desocupación de edificios públicos, calles y plazas, y se asignó un papel de supervisión a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Sin embargo, los rebeldes no se dieron por enterados y se convirtieron en los convidados de piedra de una fiesta diplomática de la que fueron excluidos. Anclados en sus ambiciones separatistas, y a la vez confundidos por la inesperada indiferencia de Moscú, su aliado y protector, los milicianos se mantenían con la cabeza en alto y los fusiles en ristre desde los edificios en su poder. Una clara señal de que la reconciliación es aún lejana y el acuerdo está cerca de fracasar.

El hecho de que se alcanzara el acuerdo de Ginebra fue una sorpresa y no está claro qué sucedió para persuadir al Kremlin -que había mostrado pocas señales de compromiso- para unirse al llamamiento de desarme de las milicias. Líderes europeos y norteamericanos siempre dijeron que Moscú estaba detrás de la agitación de las regiones de habla rusa, un protagonismo militar y diplomático ratificado implícitamente al aceptar la incorporación, sin el menor debate interno, de la península rebelde de Crimea a la soberanía rusa.

Y luego de rechazar las repetidas acusaciones de la OTAN y las potencias occidentales sobre un inusual despliegue de tropas, el Kremlin decidió finalmente ayer sincerarse al respecto. "Tenemos tropas en diferentes regiones, y hay tropas cerca de la frontera ucraniana. Algunas tienen base ahí, otras fueron enviadas como refuerzo a causa de la situación en Ucrania", dijo el vocero Dmitri Peskov.

Al mismo tiempo, en las ciudades rebeldes, los resultados de las conversaciones de Ginebra se vieron como "una serie de llamamientos sin sentido, incoherentes e imposibles de cumplir", dijeron en un comunicado los líderes separatistas de la región de Donetsk.

Curiosamente hasta el propio presidente Barack Obama se mostró, anteanoche, en una conferencia de prensa, escéptico sobre el acuerdo que su gobierno convalidó. Y advirtió que su país podría aplicar nuevas sanciones económicas contra Moscú si éste no pone en marcha acciones "inmediatas y concretas" para desactivar la tensión en Ucrania. El Kremlin no tardó en responder que esa amenaza es inaceptable.

Agencias AFP, DPA y Reuters.



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