Europa pasa a la ofensiva contra el terrorismo y lanza decenas de redadas

Seguridad por todos lados: agentes italianos revisan los bolsos en la entrada de la Basílica de San Petronio, ayer, en Bolonia. Foto: EFE
Bélgica decidió incluso movilizar al ejército, que a partir de hoy comenzará a patrullar la ciudad de Amberes, importante puerto comercial y ciudad conocida por la relevancia de su comunidad judía y por el volumen de actividad de su mercado de diamantes.
"Es una medida de sentido común", comentó el primer ministro Charles Michel, tratando de reducir el significado que tiene la presencia militar en las calles. "A partir del momento en que se produce un incremento de la amenaza, hay que movilizar los medios disponibles", precisó.
Los policías recibieron órdenes de utilizar chalecos antibalas y llevar sus armas y de realizar todas las patrullas en grupo. También se reforzó la vigilancia en las comisarías. Las autoridades de la Unión Europea (UE) confirmaron que habían aumentado las medidas de seguridad en todos los organismos dependientes de la institución.
En la redada más espectacular, realizada en seis ciudades belgas, las fuerzas de seguridad desarticularon una célula que preparaba un ataque de "gran envergadura" contra el Palacio de Justicia y un "atentado odioso". Una versión que circuló con insistencia en Bruselas afirmaba que el grupo proyectaba atacar una "importante personalidad" con el propósito de degollarlo en plena calle y filmar la ejecución. Las autoridades rehusaron confirmar la información, pero tampoco la desmintieron.
En los 12 allanamientos realizados entre el jueves por la noche y ayer por la mañana, en el que murieron dos presuntos jihadistas, la policía detuvo a 13 personas, de las cuales sólo tres fueron finalmente inculpadas de terrorismo.
Se trata de dos belgas que habían regresado recientemente de Siria y de un extranjero que integraban una "célula operativa" que sería la que preparaba los atentados en Bruselas. También desbarataron una célula logística. En la casa de ese grupo hallaron fusiles Kalashnikov, pistolas, lanzacohetes, municiones y grandes cantidades de dinero en efectivo.
Otros dos belgas vinculados a esa organización fueron detenidos en Francia en momentos en que se preparaban a huir hacia Italia.
Otros 12 allanamientos se realizaron en Berlín, donde la policía detuvo a dos personas -al parecer de nacionalidad turca- sospechadas de pertenecer a una red islamista que deseaba "intervenir en Siria". La policía aclaró que ningún indicio permite pensar que preparaban un atentado en Alemania.
En forma casi simultánea, la policía francesa realizó cinco allanamientos en los suburbios de París, donde inculpó a 12 personas -ocho hombres y cuatro mujeres- sospechosos de haber proporcionado apoyo logístico a los tres terroristas que mataron 17 personas en tres atentados contra la revista Charlie Hebdo y un supermercado kosher.
La mayoría de esos operativos fueron posibles gracias a las huellas encontradas en las armas y el automóvil utilizados por el terrorista Amedy Coulibaly, autor de la matanza de cuatro judíos en un mercado kosher de la Puerta de Vincennes.
Esos datos permitieron identificar a una serie de personajes que actuaron como cómplices o, por lo menos, que proporcionaron ayuda logística. También permitieron saber que su compañera Hayat Boumedienne había vendido su vehículo a Neetin Karasular, traficante de armas de Bélgica. La policía sospecha incluso de que el precio de venta fue pagado con las armas que utilizó Coulibaly para perpetrar los ataques. El vínculo con el traficante de armas fue confirmado por los servicios de seguridad belgas.
La simultaneidad de esos operativos demostró la coordinación que existe entre los diferentes gobiernos y servicios de seguridad europeos.
La mayoría de los países reclaman medidas efectivas para aumentar los controles de frontera, que habían sido eliminados después del acuerdo de Schengen, firmado en 1990. Además de sus viajes a ciudades belgas para reunirse con células jihadistas, Coulibaly pasó el Año Nuevo en Madrid con varias personas, entre las cuales se encontraba Hayat Boumedienne, compañera de Cherif Kouachi, uno de los terroristas que perpetró el ataque contra Charlie Hebdo.
La lucha contra el terrorismo inquieta a varios países europeos que comenzaron a coordinar el intercambio de información. Rob Wainwright, jefe de la agencia policial europea (Europol), advirtió que deben cooperar más estrechamente si aspiran a desbaratar futuros atentados, debido a la misma estructura de la amenaza terrorista, sin un comando unificado.
"La escala del problema, la naturaleza difusa de la red, la cantidad de personas implicadas en esto hacen extremadamente difícil que incluso agencias antiterroristas que funcionan muy bien, como las que tenemos en Francia, impidan todos los atentados", dijo Wainwright.
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