Una multitud recibió al papa Francisco en Filipinas

Tras una visita de dos días a Sri Lanka, el Sumo Pontífice aterrizó en Manila. Es la primera visita de un papa en 20 años. Hay medidas de seguridad extremas: movilizaron a 40 mil soldados

AFP

La capital de Filipinas, el país con mayor número de católicos de Asia, viste hoy sus mejores galas para recibir al papa Francisco, que inicia la primera visita a la nación de un máximo representante de la Iglesia Católica en 20 años.

Ante la llegada del pontífice, las principales calles del centro de Manila se han visto transformadas: del caos y la suciedad que las caracterizan se cambió por la pulcritud, el colorido y la organización.

Las aceras de las calles de la ciudad por donde pasó el vehículo del Papa en su camino desde el aeropuerto hasta la nunciatura apostólica, donde se aloja el Santo Padre durante sus cinco días de estancia en el país, han recibido una nueva mano de pintura esta semana.



El aeropuerto y la ciudad se vistieron de fiesta para la llegada del Papa

Además, flamantes banderas filipinas y del Vaticano flanquean las largas avenidas que recorrió el convoy del pontífice, así como numerosos carteles con la imagen del papa Francisco que le dan la bienvenida con el tradicional saludo filipino: "mabuhay".

Por su parte, desde primera hora, algunos de los 2.000 voluntarios que se encargan de mantener limpias las zonas a las que acudirá el Santo Padre, pasaban por las principales calles de la ciudad recogiendo los últimos desperdicios y barriendo a conciencia los laterales de la calzada.



La llegada de Francisco a Manila convocó a una multitud

Cientos de agentes de policía también estaban desde primera hora del día en la zona que recorrió el Papa ni bien pisó territorio filipino.

Con el objetivo de asegurar que todo estuviera en perfecto orden para la llegada y primera toma de contacto del Papa con los filipinos, las principales calles del centro de Manila permanecieron cortadas desde las 14:00 hasta las 19:00 hora local.

Algunas de ellas, sin embargo, estarán cerradas durante los 5 días de visita dados los numerosos eventos en los que participará el santo padre.



La llegada del Santo Padre revolucionó el aeropuerto y la capital filipina


En la capital, donde residen 12 millones de personas y que es una de las metrópolis con mayor densidad de población del mundo, varios días de la visita han sido declarados festivos para permitir a los filipinos asistir a los eventos papales, a quienes las autoridades piden calma constantemente para tratar de evitar avalanchas humanas.

Tal es la devoción de los filipinos que para el evento más importante de la visita del papa Francisco,la misa que ofrecerá el próximo domingo en el Parque Rizal, en el centro de Manila, las autoridades esperan que se concentren al menos 6 millones de personas.

La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas pretende recibir, además, al Papa con el repique simultáneo de las campanas de todas las iglesias católicas del país a las 17:45 hora local, la hora en la que está previsto que aterrice el papa Francisco en el aeropuerto de Manila.


AFP

El Papa Francisco en Sri Lanka


El Papa culminó así una visita que ha tenido dos momentos destacados: la misa en el parque Galle Face Green de Colombo, a la que acudieron alrededor de medio millón de personas, y la visita al Santuario de Nuestra Señora de Madhu.

En este templo, en la primera visita de un papa a territorio tamil, el papa Francisco hizo un llamamiento a la unidad entre cingaleses y tamiles, tras 26 años de guerra civil, un conflicto que dejó denuncias de violaciones de los derechos humanos y, según una comisión de la ONU, al menos 40.000 civiles muertos en su etapa final.

En el santuario, que dio cobijo a miles de refugiados durante la guerra que terminó cuando el Gobierno ordenó una intervención militar en el norte en 2009, el papa pronunció su discurso más incisivo para pedir la reconciliación.

Durante la visita, el Papa también celebró la misa para la canonización del beato José Vaz, que se convirtió así en el primer santo cingalés para los católicos, que son sólo el 6,2 % de la población.

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